No sabia qué estaba haciendo mal
Pedí perdón y me sentí valiente, me disculpe y me sentí fuerte, aun así me cala su nombre y su recuerdo...
Traté de ser poco interesada pero quien me manda de ingenua jugando a ser indiferente, no lo logré...
Como si tuviera las manos amarradas con mecate y doble nudo decidí ignorar mis ganas de saber como estaba, lo logre hasta que me dijo hola de nuevo, cuando le devolvi el saludo no estaba, cuando le devolví el saludo, me puso temblar otra vez, me puso a pensar si me quería, si me recordaba y tontamente yo afirmaba que me quería, por algo estábamos ahí, era un momento mágico, planeado por el destino, para que toda mi valentía... se viniera abajo...
Tanto que me costo mantenerme firme, fue un trabajo duro hacerme la indiferente y ahí estaba débil a su servicio, feliz de verlo, constantemente temblando como gelatina.
A los días me sentí triste pues no quiso saber mas de mi... Se me cocinaron las entrañas de pensarlo y que injusto, yo debería tener un aviso de cuidado en la frente, "no se metan campo peligrosamente sensible" piénselo y después hablamos, lo sabe, el lo sabe.
Suena como un relato de niña adolescente frustrada, así es, solo que tengo 25, y me cuesta poner puntos finales. Mucho gusto.
Y ese es mi problema, logro perdonar, aja check, por si no es suficiente me disculpo, check y no veo mi paz x ningún lado. No lo puedo olvidar y eso no me permite ser feliz, siendo esta situación la principal, pongo en tela de duda muchas cosas q me han marcado y siguen haciéndome daño, la razón es esa, no olvido, se puede perdonar, se puede disculpar, pero es mas feliz quien olvida...
Y yo no te olvido.... Todavía.
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